Discriminación
La podemos definir como la capacidad de discernir las cualidades y reconocer las diferencias entre las cosas el acto de hacer una distinción.
Una vez teniendo la definición, sabemos que la discriminación puede ser de dos formas positiva y negativa. La discriminación positiva consiste en observar las diferencias de un grupo para poder darle solución a sus problemas, y siempre favorece al grupo sin afectar de ninguna manera a otros. La discriminación negativa, un acto de abuso e injusticia que viola el derecho de la igualdad de oportunidades, se basan en un prejuicio con base en diferencias o consideraciones subjetivas; en oposición a las observaciones científicas, y por obvias razones realiza una acción perjudicial en contra de un grupo.
Se supone que la discriminación no es tolerada en ninguna sociedad democrática y no debería existir... pero solo se supone porque siendo honestos... ¿es cierto?
La respuesta es obvia, claro que existe! Y la podemos ver todos los días!
Es triste llegar a tu casa, prender la televisión y que lo único que podamos es acerca de ataques terroristas, por cuestiones religiosas o políticas, ver como un grupo de personas se golpea con otras porque sus rostros son diferentes o porque sus padres nacieron en otros países...
En las noticias, en el país incluso en nuestro entorno cercano, pero es nuestra OBLIGACIÓN evitarla o al menos poner de nuestra parte para disminuirla, no me refiero a que salgamos a hacer una marcha o a cerrar calles... pero podemos empezar poco a poco ¿no creen?
Simplemente no siendo participes de esta...
¿Cuántas veces no hemos mirado feo a una persona que se viste con harapos?
¿Cuántas veces le hemos cara de fuchi a los “inditos” como solemos llamarles (Cuando en verdad deberíamos estar orgullosos porque son nuestras raíces)?
¿Cuántas veces no hemos cambiado de acera porque vemos a una persona llena de tatuajes o peinada de manera diferente?
Seguro todos lo hemos hecho... pues es momento de empezar a cambiar!
De valorar a las personas por lo que son, SERES HUMANOS! No por el color de su piel, por su género, por la forma en que se viste, por sus costumbres, por sus gustos, por su forma de pensar, por sus creencias religiosas, por sus capacidades, por sus preferencias sexuales, por su idioma, etc.
Porque al fin y al cabo, todos somos iguales! Seguimos siendo seres humanos, sin importar como nos vistamos o como pensamos, que religión profesemos o a quien elijamos amar.
Hoy los invito a reflexionar acerca de esto...
Ya verán que si cada uno de nosotros ponemos un granito de arena, por muy pequeño que parezca ayudaremos a hacer la diferencia!